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lunes, 2 de septiembre de 2013

1-1. El Alavés acaba con la perfección del Córdoba ( vía www.minuto90.com) (José M. Dominguez)

Tiene algo este Córdoba que ha hecho conectar como hacía mucho que no ocurría a El Arcángel con los suyos. De hecho, le sobran virtudes, muchas de ellas relacionadas con la entrega y el pundonor, y eso la grada siempre lo premia. Pero le sigue faltando gol. Contra el Alavés, volvió a evidenciar su principal carencia, aunque llegó de nuevo a un final de partido de infarto tras igualar el 0-1 de Mora. No habría milagro esta vez. Villa apostó por el bloque de los colíderes, los que habían sumado seis puntos de seis posibles en las dos primeras jornadas; un equipo con todas las letras que, pese a la falta de rodaje, está muy hecho. El colectivo cumple y como propugna su entrenador: "el esfuerzo no se negocia". Nadie lo negocia. Pero todo ese coro de solidaridad perdería mucho sentido si no estuviese dirigido por un hombre que impartió su enésima cátedra de fútbol. Carlos Caballero es consciente del papel que le toca jugar. Su creatividad en ataque no tiene parangón en la categoría, y a eso ha sumado una responsabilidad defensiva que completa a un centrocampista total. El madrileño hizo y deshizo. Con plasticidad e inteligencia, movió la pelota y, con ella, a sus compañeros, siempre hacia el lugar más indicado. Como en el 9' a Pedro, que se quedó solo ante Goitia. Tardó un mundo el alicantino en decidirse y dio el tiempo necesario para llegar a uno de los desubicados defensas. Fue el primer aviso, aunque el vendaval que parecía avecinársele a los visitantes no llegó a desatarse. Poco a poco, el Alavés le tomaría el pulso al encuentro. Pasados los 20 primeros minutos, el paso al frente de los vitorianos ya era palpable. Viguera, otro tipo elegante, daba la réplica a Caballero en la otra mitad del campo cada vez que el cuero llegaba con claridad a sus pies. Pudo incluso marcar el 10 albiazul, pero Saizar adivinó la dirección de un latigazo casi a quemarropa, aunque algo centrado. El gol, sin embargo, caería en la siguiente jugada. Suele ocurrir que a los equipos serios y dominadores, como el Córdoba de este arranque liguero, la suerte les da la espalda en acciones que terminan en las redes. Quizás ése era el único camino al alcance del Alavés para batir a una defensa que, hasta la fecha, era perfecta. Una jugada extraña, un centro de Lázaro, desde la izquierda y a pierna cambiada, se envenenó y se dirigió irremediablemente al interior de la meta califal cuando lo rozó Mora. Al poste y adentro con emoción. No se vino abajo el Córdoba tras el gol encajado. Mantuvo claras sus ideas y puso cerco a la portería contraria. Haciendo gala de otra de las suertes que domina, Caballero rozó el empate. Eslalon, pared, nuevo regate y latigazo que lamió la cepa del palo. El tarro de las esencias del madrileño había perdido la tapa. Después, encontró a López Silva en la izquierda, con espacio para hacer daño, aunque nadie remató el pase atrás del onubense. El campo estaba volcado, pero la falta de pólvora del conjunto blanquiverde evitó mayores sustos para los visitantes. Tratar bien el esférico en la medular, asediar con convicción y encomendarse a la magia de los genios puede funcionar en noches épicas como la de la Ponferradina. Pero, en Segunda, suele hacer falta también un delantero al que se le caigan los goles. Xisco está llamado a ser el hombre, pero continúa lejos de su mejor tono físico. Necesitaba un gol rápido el Córdoba y, así las cosas, no podía llegar de otra forma que en la estrategia. Córner botado por Abel y cabezazo certero de Bouzón. Justo premio para los de casa y, quizás más, para el central gallego, que cuajó un partidazo a la altura de las anteriores jornadas. La grada se encendería entonces para siempre. Llevó en volandas a su equipo, que apretó en busca del segundo tanto. Xisco lo tuvo, pero emuló a Cardeñosa tras un nuevo saque de esquina y se topó con Jaume bajo palos cuando el portero ya estaba batido. El 2-1 casi podía respirarse. Al Alavés le fallaban las fuerzas. Ya apenas tenía para salir de la cueva. Villa olió la debilidad, que huele como la sangre pero peor, y fue a por ella. Ambición en estado puro. Recordatorio en forma de cambio: "empatar en casa este año es un fracaso". En menos de 10 minutos, puso en liza todo su arsenal ofensivo: Strahman, Joselu y Ayina, por Janse, Pedro y Luso. Antes de dejar el terreno de juego, Pedro tuvo en su mano el gol de la victoria. Pudo centrar, dar el pase atrás o disparar. No optó por ninguna de las opciones cuando encaraba a Goitia desde el costado derecho. El partido ya estaba roto sin remedio. El improvisado sistema táctico del Córdoba, unido al extenuante esfuerzo que habían realizado los futbolistas de uno y otro bando desde las calurosas seis de la tarde, dio como resultado un todo o nada, una ruleta rusa en la que se intuía el desastre en cualquiera de los contendientes. No había tiempo para errores y el Córdoba cometió uno de bulto. Ion Vélez salió de la presión y armó una contra que terminó en la banda derecha, en las botas de Rubio. Saizar, roto, como el resto de su defensa de tres, se resbaló y dejó el marco a la entera disposición del lateral alavesista. Corría el minuto 89. Esta vez no habría milagro de Strahman por valor de tres puntos, pero el clamoroso fallo de Rubio dejó uno en El Arcángel. A la espera de lo que haga el Alcorcón, los blanquiverdes se mantienen en el pelotón de cabeza. CÓRDOBA: Saizar, Janse (69'), Bouzón, Fran Cruz, Raúl Bravo, Luso (78' Ayina), Abel, Pedro (73' Joselu), Caballero, López Silva y Xisco ALAVÉS: Goitia, Rubio, Luciano, Mora, Manu, Jaume, Lázaro, Guzmán, Viguera (75' Ortiz), Serrano (66' Sánchez) e Ion Vélez GOLES: 0-1 Mora (25'); 1-1 Bouzón (50') ÁRBITRO: Arsediano Monescillo (Comité Castellano-manchego). Amonestó a Óscar Serrano, por parte visitante, y a Iago Bouzón, por parte local. INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la tercera jornada de la Liga Adelante, disputado en El Arcángel ante 9.521 espectadores

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