Primeros reveses (vía minuto90.com)

Sobredosis de realidad, de injusticia o de infortunio. El Córdoba había demostrado esa estrella que distingue a los equipos campeones durante las tres primeras jornadas de Liga. Todo parecía marchar sobre ruedas y, hasta el minuto 90 del encuentro frente al Éibar, los ocho puntos virtuales que señalaba su casillero así lo confirmaban. Pero un gol en esos instantes, un punto que saca al conjunto blanquiverde de la zona de play-off y la lesión de Raúl Bravo devolvieron la cautela a la ribera del Guadalquivir. No es el fin del mundo, sólo un punto menos. Sin embargo, sí que será interesante comprobar cómo responde el equipo de Pablo Villa a los primeros reveses del año. Lo primero que deberá hacer el técnico es modificar la defensa que tan buen resultado le había dado -sólo un gol recibido-. A falta de que las pruebas médicas estimen un tiempo de baja aproximado para Raúl Bravo y salvo improbable sorpresa táctica, Samu de los Reyes será el elegido en el lateral izquierdo. Al fondo se ve ahora el duelo ante el Numancia, la oportunidad de volver a agarrarse en El Arcángel a los primeros puestos ligueros y dejar atrás los últimos traspieses -Éibar y empate en casa frente al Alavés-. Pero apenas tendrá el cuadro califal tiempo de digerir la derrota. Tampoco de pensar. Ni siquiera de descansar. Pablo Villa no ha dado días libres a los suyos esta semana. El miércoles visitará el coliseo ribereño el Deportivo de la Coruña. Quizás una distracción necesaria días después de la primera derrota del curso, quizás una oportunidad de reivindicarse para los menos habituales o quizás un simple incordio para una plantilla obligada a subir. En los momentos complicados suelen dar el do de pecho los grandes deportistas. El del Córdoba, de momento, apenas puede considerarse sino una anécdota. Una más de cuantas ha vivido el club en sus experiencias en Ipurua. Pero tiene ante sí el conjunto blanquiverde la primera oportunidad de demostrarse a sí mismo, a su afición y a sus rivales que es capaz de sobreponerse rápido, de levantarse con más fuerza, y de salir reforzado de los primeros momentos delicados en una temporada que acaba de empezar y, como siempre en Segunda, se presume larguísima. Villa tendrá que ejercer de psicólogo. El ánimo en el vestuario, que posiblemente hubiese alcanzado un nivel desmedido en el arranque, ha bajado. La cara positiva del encuentro en Éibar la ofrecieron los dos nuevos debutantes que el entrenador ha sumado a la causa: Germán Pacheco y Ulises Dávila. El argentino aseguró estar contento por el estreno, aunque no podía ocultar su decepción por el resultado en la zona mixta. Con él coincidía Carlos Caballero, el otro jugador que trató de analizar el juego y el resultado en una tarde desgraciada. "Fue una pena", resumía el madrileño, consciente de que el Córdoba había sido superior al rival en más fases del partido. Por último, el 21 califal agradeció el apoyo al casi medio centenar de seguidores que acompañaron al equipo en uno de los desplazamientos más lejanos del año.